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El cumplimiento contra el Lavado de Dinero ha sido un foco principal de los reguladores y fiscales en los últimos años. Esto se evidencia en el aumento de las sanciones penales y reglamentarias impuestas internacionalmente a las instituciones financieras por incumplimientos relacionados con la Ley de Antilavado y los programas de cumplimiento contra el Lavado de Dinero ALD (AML por sus siglas en el nglés). A la luz de este escrutinio, es fundamental que las instituciones financieras y no financieras de crédito, hagan del cumplimiento ALD una máxima prioridad. Efectivizar el cumplimiento, necesariamente comienza con la Junta Directiva de la institución y una sólida comprensión de su función en la supervisión del programa ALD. La junta directiva es el principal órgano de gobierno de una institución; como tal, se le confían ciertas obligaciones fiduciarias. Los deberes de cuidado y lealtad son los deberes fiduciarios tradicionales que deben los directores a las instituciones que gobiernan.
Un programa de cumplimiento ALD efectivo, consta de al menos cinco aspectos a saber:

1. Políticas escritas, procedimientos y controles internos;
2. Un Oficial de Cumplimiento designado (en Argentina debe ser un Director integrante del órgano de administración);
3. Un programa de capacitación obligatoria para empleados;
4. Pruebas independientes del programa ALD (Auditoría y Revisión Técnica Indeoendiente); y
5. Procedimientos de debida diligencia del cliente.

Además, los programas de cumplimiento ALD deben basarse en el riesgo (EBR: Enfoque Basado en el Riesgo) y adaptarse a la institución específica, incluído el tamaño de la institución, la actividad realizada, las áreas geográficas, la base de clientes, los canales de distribución y los productos y servicios ofrecidos. Tener conocimiento y comprensión de los requisitos del programa ALD y los riesgos correspondientes no implica que se espera que los directores sean expertos en cumplimiento de ALD. Aunque la responsabilidad última del programa de cumplimiento ALD recae en la junta directiva, su función consiste en la supervisión; la gestión diaria del programa recae en el oficial de cumplimiento de antilavado designado. La responsabilidad de supervisión de la junta comienza con establecer cómo debe apoyar la alta gerencia los programas de ALD (Tone At The Top), factor determinante para la generación de una cultura de cumplimiento ALD en toda la institución a través de la concientizacion de las consecuencias del Lavado de Dinero, como así también la efectiva capacitación y entrenamiento en ALD.
En síntesis, en el rol de un Oficial de Cumplimiento que cuente con un equipo de apoyo competente, más que su necesaria idoneidad técnica, a mi entender prima las virtudes de: Compromiso, Liderazgo, Independencia de Criterio e Integridad Personal, para asegurar una Debida Diligencia de Cumplimiento en ALD.

Por FCN

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